marzo 20, 2008

No es de incorformista, pero me gustaria tener un poco mas. Mas cerebro activo, mas energía para dejar el sedentarismo, más sonrisas para regalarlas y no tener que andar tan seria por la vida. El otro dia hable con la vida, tuvimos una conversción cara a cara. Ella siempre con esos aires de grandeza, de sabelotoda. Tuve que empezar con una simple pregunta. "Por qué?" y ella, con una sonrisa macabra, se negó a responder. Me dijo que esas no son preguntas que ella tenga la suerte saber, que para eso estaba el destino. Entonces le pedi la dirección del destino y encantada me la dio. Antes de irme le hice otra pregunta le dije "cuándo?" y mirandome fijamente a los ojos me respondio "sólo Dios sabe" entonces frustradamente partí mi camino en busca del buen Destino y a la distancia le grité "no creo en Dios!!" pero la vida ya se habia ido. Entonces caminé en dirección al Destino, sin saber muy bien como llegar porque la vida no es muy buena para guiarte hacia el Destino. El camino fue duro, sólo queria llegar donde Destino para que me respondiera esa simple pero importante pregunta y para ello tuve que superar obstaculos que jamás pensé encontrar todos en un mismo camino. Durante los días (y noches) me acompañó muchas veces la Muerte y el Duelo, en otras oportunidades me visitó Enfermedad quien con sus aires fatalistas no hizo más que hacer más lento mi camino. Pero un día me vi caminando con algo sin nombre, etéreo y fragil a mi lado, su sóla prescencia me envolvía en una paz indescriptible. Nunca habló simplemente aparecía a mi lado en momentos y luego se esfumaba. La búsqueda del Destino se me hizo eterna y mientras mas pasaba el tiempo más me costaba llevar la pregunta, pues más pesada era. Recordaba a la Vida y lo poco que pude hablar con ella, y ahi estaba yo caminando sin saber por donde simplemente guiandome por las indicaciones de esta Vida caprichosa, esperando llegar al Destino, a ese tan anhelado Destino a que me respondiera simplemente "Por qué". Fue entonces cuando a la distancia una silueta borrosa comenzó a resaltar. El camino se hizo simple y mi pregunta casi no pesaba, de hecho agilicé el paso para acercarme a esa silueta que estaba segura de que era el Destino. Las sonrisas que pedí un día, salieron de mi rostro además noté que el sedentarismo que tanto había evitado ya no era parte de mi y las sonrisas aumentaban aun más al darme cuenta de eso y mi pregunta se volvió tan pequeá que la pude guardar en el bolsillo. Finalmente me quedaban sólo algunos metros para estar cerca del Destino y poder plantearle la pregunta. Unos cuantos pasos y llegaba. A esta distancia ya podía ver al Destino con claridad y las lágrimas de felicidad salian de la mano con las millones de sonrisas. Entonces veo al Destino sentado en las ramas de un viejo Nogal y me dice "hola, quieres subir?" y yo subo ayudada por el Nogal y me luego me queda mirando como esperando que yo le dijera o preguntara algo, pero sinceramente la vista en ese momento era tan hermosa que olvidé la pregunta y simplemente me quedé sentada junto al destino descansando de mi viaje hacia él.

1 comentario:

Anónimo dijo...

INSTRUCTIVO PARA LA SALUD:

I Preguntas

Buscamos y buscamos,
siempre buscamos,
nos agotamos buscando,
En algún instante llegaras a casa y encontraras respuestas,
cada ves mas me doy cuenta que el ser humano es perfecto,
solo que perdimos las instrucciones para manejarnos.

Te has preguntado que quiere la vida de ti
y luego te preguntas que quieres tu de la vida
y después te respondes:
Que la pregunta del ¿Por qué, signifique un gracias a esto,
que entendamos que somos tan perfectos,
que las penas dolores, miedos y enfermedades
son recordatorios para el ser humano,
recordatorios para crecer, recordatorios para avanzar
recordatorios para encontrarse con el YO SOY.

Un beso...